HOY ES MIÉRCOLES 23 DE SEPTIEMBRE : ¿CÓMO ESTÁ EL DÍA HOY?
AMBIENTE NATURAL Y SOCIAL:
Actividad: PROYECTO DE HUERTA
CONTENIDO: valoración y respeto
por los seres vivos.
INICIO: Recuerdas
que había bichos malos para la huerta… ahora observa los buenos…
DESARROLLO: El ciempiés y la araña de jardín son insectos que se
comen a los insectos malos para nuestra huerta.
CIERRE: Otro de los insectos buenos para nuestra huerta es la
mariposa, ¿te animás a dibujarla?
VIDEO EN EL BLOG
PRÁCTICAS DEL LENGUAJE:
Actividad:BIBLIOTECA(VIDEO PP)
CONTENIDO:
Participar de una comunidad de lectores.
INICIO: Conocen el cuento de: EL SOLDADITO DE PLOMO👈👀 (video con
imágenes)
DESARROLLO:
Había una vez un niño que tenía muchísimos
juguetes, pero un buen día su abuelo le hizo un regalo muy especial. Se trataba
de una preciosa caja de madera, que contenía en su interior una serie de
soldaditos de plomo realizados a mano a base de fuego y metal. Todos llevaban
el fusil al hombro, vestían espléndidas chaquetas rojas y pantalones azules y
mantenían la mirada al frente.
– ¡Soldaditos de plomo! ¡Muchas gracias, abuelo! –
dijo el niño con alegría.
Inmediatamente el pequeño fue sacando con cuidado
todos los soldados de la caja, uno a uno, y los depositó sobre su escritorio
como si estuvieran en formación. ¡Qué elegantes lucían! Parecían un ejército de
verdad. Sin embargo, al sacar de la caja al último de los soldaditos, el
pequeño se percató de que le faltaba una pierna. Lo que pasó fue que cuando los
artesanos estaban fundiendo al último de los soldados, se les terminó el plomo
y tuvieron que dejarlo sin una pierna.
El pequeño no se entristeció por ello, pero decidió
colocarlo en el sitio más especial en su habitación: lo situó frente a uno de
sus mejores juguetes, un hermoso castillo de papel donde vivía una bella
bailarina vestida con un delicado vestido de tul rosa. La bailarina estaba
apoyada sobre una sola pierna con sus brazos estirados, lucía tan bella que el
soldadito al verla ni siquiera reparó en que se trataba de un pose de ballet y
creyó que le faltaba una pierna, al igual que a él.
Desde entonces cuando el pequeño se iba a dormir, el soldadito pasaba largas horas mirando a la bailarina, ajeno al resto de los juguetes de la habitación. De hecho, mientras los demás juguetes saltaban y se divertían, el soldadito solo tenía ojos para su bailarina.
Inmediatamente el pequeño fue sacando con cuidado todos los soldados de la caja, uno a uno, y los depositó sobre su escritorio como si estuvieran en formación. ¡Qué elegantes lucían! Parecían un ejército de verdad. Sin embargo, al sacar de la caja al último de los soldaditos, el pequeño se percató de que le faltaba una pierna. Lo que pasó fue que cuando los artesanos estaban fundiendo al último de los soldados, se les terminó el plomo y tuvieron que dejarlo sin una pierna.
El pequeño no se entristeció por ello, pero decidió
colocarlo en el sitio más especial en su habitación: lo situó frente a uno de
sus mejores juguetes, un hermoso castillo de papel donde vivía una bella
bailarina vestida con un delicado vestido de tul rosa. La bailarina estaba
apoyada sobre una sola pierna con sus brazos estirados, lucía tan bella que el
soldadito al verla ni siquiera reparó en que se trataba de un pose de ballet y
creyó que le faltaba una pierna, al igual que a él.
Desde entonces cuando el pequeño se iba a dormir,
el soldadito pasaba largas horas mirando a la bailarina, ajeno al resto de los
juguetes de la habitación. De hecho, mientras los demás juguetes saltaban y se
divertían, el soldadito solo tenía ojos para su bailarina:
– ¡Es tan bella y se parece
tanto a mí! – pensaba el soldadito cada vez que la veía.
Sin embargo, entre los
juguetes había uno muy singular que no le perdía pie ni pisada al soldadito de
plomo. Se trataba de un duende encerrado en una caja sorpresa, desde la que
solía saltar para asustar a todos los juguetes que se acercaran. Un día, el mal
humorado duende le dijo al soldadito:
– ¿Por qué me miras
fijamente?
El soldadito no le contestó,
prefirió desviar la mirada y mantener la compostura.
– ¡Ah! ¿Te crees muy listo?
¡Atente a las consecuencias! – amenazó el duende al soldadito.
Aquel incidente no habría
tenido mayor trascendencia de no haber sido porque una tarde, el niño decidió
cambiar de lugar al soldadito de plomo situándolo con el resto de sus
compañeros, para que fuesen a luchar al frente. Mientras los iba organizando,
colocó al soldadito de plomo en el borde de la ventana. Y, misteriosamente,
cuando el niño levantó la mirada, el soldadito ya no estaba. Buscó por todos
los rincones de su habitación pero no encontró al soldado, y pensó que tal vez
podría haberse caído a la calle con una ráfaga de viento.
Sin embargo, en realidad
había sido el duende de la caja sorpresa que lo había lanzado por la ventana
sin que nadie lo viera. El pequeño no pudo bajar a buscar al soldadito porque
había mal tiempo y la lluvia azotaba con fuerza la fachada de su casa:
– Cuando cese la lluvia lo
buscarás – le dijo su madre.
Pero unos niños, que
estaban jugando en la calle bajo la lluvia, se adelantaron y encontraron al
soldadito bajo la ventana. Entusiasmados, decidieron jugar con él:
– ¡Le haremos un barco de
papel para que navegue! – propuso uno de los niños.
De este modo, cogieron un
periódico viejo, hicieron un barquito y, aprovechando que la lluvia había
formado pequeños riachuelos en las aceras, colocaron al soldadito sobre el
barco de papel para que navegara por ellos. Rápidamente el soldadito terminó
dentro de una alcantarilla.
– ¡Dios mío! ¿A dónde iré a
parar? ¿Qué será de mí? Nada de esto me importaría si estuviera conmigo la
hermosa bailarina – pensó abatido el soldadito.
Mientras tanto, el
barquito, que era de papel, se iba deshaciendo, por lo que el soldadito terminó
siendo arrastrado con fuerza por el agua. Así continuó navegando sin poder
detenerse, hasta que llegó al mar. Poco antes de que el soldadito llegase al
fondo, un pez muy grande se lo tragó. Dentro del pez solo había silencio y
oscuridad, pero el soldadito era valiente y no tenía miedo.
Muy pronto se durmió en el
estómago del pez. Sin embargo, poco duró su tranquilidad porque el pez había
sido pescado y ya estaba rumbo al mercado de la ciudad.
La buena suerte quiso que
la madre del niño decidiera que ese día iba a cocinar pescado fresco, así que
marchó al mercado y compró aquel pez. Cuando llegó a casa y se puso a limpiar
el pescado, descubrió que en su interior había un soldadito de plomo muy
parecido al que había perdido su hijo. Inmediatamente llamó al niño para darle
la buena noticia.
El pequeño estaba muy
contento por tener de nuevo al soldadito, lo colocó en su escritorio, justo
frente a la ventana y bajó a cenar. Un momento después, una fuerte ráfaga de
viento abrió con fuerza la ventana y lanzó al soldadito de plomo directo a la
chimenea de la habitación que se encontraba encendida.
El pobre soldadito, comenzó
a derretirse lentamente bajo el calor de las llamas. Sentía mucho dolor pero
como podía ver a su bailarina, se sintió aliviado. De pronto, una nueva ráfaga
de viento empujó a la bailarina de papel hacia el fuego y, en un singular
revoloteo que parecía una magnífica función de ballet, la bailarina terminó
junto al soldadito en las llamas. Sin embargo, tuvieron el tiempo suficiente
para mirarse antes de que el fuego terminara de devorarlos.
A la mañana siguiente,
cuando el fuego ya se había apagado, el niño encontró bajo las cenizas un
pedazo de corazón de plomo fundido, que parecía lanzar destellos de purpurina y
telas de tul y seda.
CIERRE:
Recordemos las partes del libro: el título, la tapa, el autor, editorial,
hojas. Ahora… ¿Qué tal si armas la tapa del cuento del soldadito de plomo en
una hoja blanca, no se olviden de colocar el título y el nombre del autor (la
familia lo puede escribir en pequeños papelitos para que los niños lo peguen)
MATEMÁTICA:
Actividad: ESPACIO
CONTENIDO: interpretar y producir posiciones y desplazamientos de
objetos, personas y representar posiciones y trayectos. Planos
BUSCAMOS ELEMENTOS EN LA HABITACIÓN
Un adulto va dibujando objetos de la
casa por ejemplo
-arriba de la cama un peine
-debajo de la cama un peluche
-dentro de un cajón una media
-a un costado de la cama un zapato
Y se invita a los niños a ir en
la búsqueda de elementos según el dibujo del adulto, se puede elegir un espacio
en particular de la casa.
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